El verde. Un color... natural.
El verde es un color que tendemos a asociar, de una forma lógica, con la naturaleza, lo natural. Si pensamos en este color nos vendrán a la mente un sinfín de paisajes de campos verdes, un césped brillante, unos árboles extratégicamente colocados en un ambiente relajado, todo es claro, todo nítido, no hay ningún objeto que resalte de tal modo que pueda distraer nuestra atención a otra cosa que no sean las brillantes tonalidades verdes que tenemos frente a nosotros, son como una dosis de vida, algo que hace que se nos llenen los pulmones, inspiramos vida (y no nos olvidemos que estamos sólo ante una imagen mental), nos sentimos felices, relajados, libres... Estas imágenes, sin duda, nos llenan de fuerza física y mental. Ante un espectáculo de tal magnitud nos sentimos como si nos encontrásemos con nosotros mismos, invitándonos a la reflexión y experimentando una gran paz interior.
Los efectos de este color en el ser humano son innumerables, por mencionar algunos podríamos decir que tiene efectos relajante, reconstituyentes, frescos, alegres. Tiende a relajar nuestra mente y a incitarnos a emprender nuevas acciones o proyectos. Nada mejor después del triste y gris invierno que el brote de la fresca primavera, que nos da energía para volver a empezar, para plantearnos nuevas metas y sobre todo nos da la fuerza necesaria para conseguirlo, hace que brillemos interiormente y con una frescura digna de un renacer.
El verde es, como todo sabemos, un color secundario, fruto de dos colores primarios, el amarillo y el azul. (Pensareis: Y este rollo a qué viene ahora?) Pues que como tal, debe albergar en su interior los efectos de dichos colores, buscando un equilibrio entre ambos. Se asocia al amarillo con la sabiduría y al azul con la verdad, lo espiritual. Y siguiendo con estas ideas...
Al igual que la naturaleza es predominantemente verde, ¿por qué no iba a serlo la naturaleza del hombre?
¿Qué es lo natural en el hombre? Lo natural y propio del hombre es alcanzar su fin. Y su fin es perfeccionar al máximo sus capacidades, en especial las superiores (inteligencia y voluntad; verdad y bien). La inteligencia busca el conocimiento de la realidad. Cuando lo consigue, alcanza la verdad, que es el bien propio de la inteligencia: abrirse a lo real.
Esta tendencia del ser humano a buscar el éxito y evitar el fracaso nos da una prueba de que la naturaleza humana se dirige hacia la perfeccion, el bien y la verdad, lo cual lo ha de encontrar mediante la inteligencia y la voluntad.
Enigmática
El verde es un color que tendemos a asociar, de una forma lógica, con la naturaleza, lo natural. Si pensamos en este color nos vendrán a la mente un sinfín de paisajes de campos verdes, un césped brillante, unos árboles extratégicamente colocados en un ambiente relajado, todo es claro, todo nítido, no hay ningún objeto que resalte de tal modo que pueda distraer nuestra atención a otra cosa que no sean las brillantes tonalidades verdes que tenemos frente a nosotros, son como una dosis de vida, algo que hace que se nos llenen los pulmones, inspiramos vida (y no nos olvidemos que estamos sólo ante una imagen mental), nos sentimos felices, relajados, libres... Estas imágenes, sin duda, nos llenan de fuerza física y mental. Ante un espectáculo de tal magnitud nos sentimos como si nos encontrásemos con nosotros mismos, invitándonos a la reflexión y experimentando una gran paz interior.
Los efectos de este color en el ser humano son innumerables, por mencionar algunos podríamos decir que tiene efectos relajante, reconstituyentes, frescos, alegres. Tiende a relajar nuestra mente y a incitarnos a emprender nuevas acciones o proyectos. Nada mejor después del triste y gris invierno que el brote de la fresca primavera, que nos da energía para volver a empezar, para plantearnos nuevas metas y sobre todo nos da la fuerza necesaria para conseguirlo, hace que brillemos interiormente y con una frescura digna de un renacer.
El verde es, como todo sabemos, un color secundario, fruto de dos colores primarios, el amarillo y el azul. (Pensareis: Y este rollo a qué viene ahora?) Pues que como tal, debe albergar en su interior los efectos de dichos colores, buscando un equilibrio entre ambos. Se asocia al amarillo con la sabiduría y al azul con la verdad, lo espiritual. Y siguiendo con estas ideas...
Al igual que la naturaleza es predominantemente verde, ¿por qué no iba a serlo la naturaleza del hombre?
¿Qué es lo natural en el hombre? Lo natural y propio del hombre es alcanzar su fin. Y su fin es perfeccionar al máximo sus capacidades, en especial las superiores (inteligencia y voluntad; verdad y bien). La inteligencia busca el conocimiento de la realidad. Cuando lo consigue, alcanza la verdad, que es el bien propio de la inteligencia: abrirse a lo real.
Esta tendencia del ser humano a buscar el éxito y evitar el fracaso nos da una prueba de que la naturaleza humana se dirige hacia la perfeccion, el bien y la verdad, lo cual lo ha de encontrar mediante la inteligencia y la voluntad.
Enigmática
2 comentarios:
al final logré acceder querida...la casualidad aqui creo q no tuvo nada que ver...te sigo dejando el enlace de por q todo es del color que uno lo vea...besos sangre de mi sangre...http://es.youtube.com/watch?v=f4vG0KngIXA
Buenas querido Casualidad
Todo es relativo y por consiguiente influye mucho los ojos que lo miren, como tú bien dices. Gracias por tu aportación.
Enigmática
P.D. Nos vemos!!
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