Un título quizá morboso, para un asunto que probablemente sea muchas cosas menos esa.
Os habéis preguntado alguna vez quién asistirá a vuestro funeral y si la tristeza que emane de sus rostros será real o no; si se da el caso de que al menos en apariencia demuestren alguna tristeza claro está.
Yo si.
En una ocasión, hablando con un amigo por este amplio medio, internet, me hizo una pregunta que cito textualmente: "¿Qué te gustaría ver sin ser vista?". Os preguntaréis que esperaría que respondiese, si es que esperaba algo, o si mi respuesta encajaba en lo que hasta ese momento considerase predecible o posible en mi. Mi respuesta sorprendió a alguien, al menos hubo una persona ese día sorprendida, y esa era yo. Tiendo a responder sin pensar demasiado en la respuesta que voy a dar, eso hace que me vaya conociendo poco a poco y sin hacer ningún esfuerzo consciente en ello, las cosas que surgen sin buscarlas suelen ser las más sorprendentes.
Supongo que ya imaginas mi respuesta; sí, esa que piensas respondí, "Mi funeral". Obviamente eso no implica que me gustaría verlo pronto, ni mucho menos, amo mi vida demasiado para dejar de vivir. Ahora puede que te plantees una pregunta, ¿para qué puede querer esta chica ver su propio funeral?, en ese momento llegó a mi mente una idea clara, quería saber si era verdad lo que me expresaban mis familiares, amigos, conocidos... o si por el contrario mi intuición era la acertada, al menos para algunos casos. ¿Qué quiero decir con todo esto?. Creo que hay demasiada hipocresía, incluso en este sentido, en lo referente a los sentimientos.
Hay una clara tendencia a fingir, incluso en los sentimientos que expresamos a las personas más allegadas. ¿Por qué se hace?.
En algunas ocasiones por no perder el respeto de nuestro entorno, porque sociamente está "mal visto" no querer a un familiar directo, especialmente si éste lo es en línea descendiente y más aún cuanto menor sea el grado de consanguiniedad.
En otras quizá sea por el puro y simple interés, se suele hacer ver a los demás que nos caen bien o incluso que los estimamos por si llegado el momento necesitamos su apoyo o ayuda, así no dudaremos en recurrir a esa persona sin ningún tipo de escrúpulos, no tenemos remordimiento alguno en utilizar a otra persona por nuestro puro egoísmo o interés.
Aunque no olvidemos la costumbre, sí sí lo he dicho bien, la costumbre. Desde pequeños nos acostumbran a "querer" a familiares, porque simplemente es lo correcto. Aún hoy día cuando los valores más humanos no se inculcan; ya que por muy raro que esto parezca, ser respetuoso, educado, honesto o tolerante, por citar algunos, no están de moda y por tanto se desechan sin ningún pudor de nuestras vidas; ningún padre se olvida de "acostumbrar" (y no enseñar) a su hij@ a "querer" a sus familiares (como pueden ser los de segundo grado o superior), "debemos" desde la más tierna infancia demostrarles nuestro supuesto cariño al verlos, besándolos o haciéndoles algún regalo en un día señalado, aún cuando sea notorio que en realidad queremos estar en otro lugar. Alguna vez os habéis planteado si realmente los queréis o si ellos os quieren a vosotros en la forma en la cual os lo hacen ver.
La familia es algo que nos viene impuesto, puede gustarnos o no, pero es una simple imposición genética o costumbrista la que nos "obliga" a quererlos. ¿Por qué no me puede caer mal mi familiar y así hacérselo ver? ¿Ello debe implicar que no alberguemos buenos sentimientos? A mi no me lo parece en absoluto, pero cada cual tendrá su opinión formada al respecto, yo solo invito a una íntima reflexión, porque una opinión formada no tiene por qué ser acertada.
Enigmática
Os habéis preguntado alguna vez quién asistirá a vuestro funeral y si la tristeza que emane de sus rostros será real o no; si se da el caso de que al menos en apariencia demuestren alguna tristeza claro está.
Yo si.
En una ocasión, hablando con un amigo por este amplio medio, internet, me hizo una pregunta que cito textualmente: "¿Qué te gustaría ver sin ser vista?". Os preguntaréis que esperaría que respondiese, si es que esperaba algo, o si mi respuesta encajaba en lo que hasta ese momento considerase predecible o posible en mi. Mi respuesta sorprendió a alguien, al menos hubo una persona ese día sorprendida, y esa era yo. Tiendo a responder sin pensar demasiado en la respuesta que voy a dar, eso hace que me vaya conociendo poco a poco y sin hacer ningún esfuerzo consciente en ello, las cosas que surgen sin buscarlas suelen ser las más sorprendentes.
Supongo que ya imaginas mi respuesta; sí, esa que piensas respondí, "Mi funeral". Obviamente eso no implica que me gustaría verlo pronto, ni mucho menos, amo mi vida demasiado para dejar de vivir. Ahora puede que te plantees una pregunta, ¿para qué puede querer esta chica ver su propio funeral?, en ese momento llegó a mi mente una idea clara, quería saber si era verdad lo que me expresaban mis familiares, amigos, conocidos... o si por el contrario mi intuición era la acertada, al menos para algunos casos. ¿Qué quiero decir con todo esto?. Creo que hay demasiada hipocresía, incluso en este sentido, en lo referente a los sentimientos.
Hay una clara tendencia a fingir, incluso en los sentimientos que expresamos a las personas más allegadas. ¿Por qué se hace?.
En algunas ocasiones por no perder el respeto de nuestro entorno, porque sociamente está "mal visto" no querer a un familiar directo, especialmente si éste lo es en línea descendiente y más aún cuanto menor sea el grado de consanguiniedad.
En otras quizá sea por el puro y simple interés, se suele hacer ver a los demás que nos caen bien o incluso que los estimamos por si llegado el momento necesitamos su apoyo o ayuda, así no dudaremos en recurrir a esa persona sin ningún tipo de escrúpulos, no tenemos remordimiento alguno en utilizar a otra persona por nuestro puro egoísmo o interés.
Aunque no olvidemos la costumbre, sí sí lo he dicho bien, la costumbre. Desde pequeños nos acostumbran a "querer" a familiares, porque simplemente es lo correcto. Aún hoy día cuando los valores más humanos no se inculcan; ya que por muy raro que esto parezca, ser respetuoso, educado, honesto o tolerante, por citar algunos, no están de moda y por tanto se desechan sin ningún pudor de nuestras vidas; ningún padre se olvida de "acostumbrar" (y no enseñar) a su hij@ a "querer" a sus familiares (como pueden ser los de segundo grado o superior), "debemos" desde la más tierna infancia demostrarles nuestro supuesto cariño al verlos, besándolos o haciéndoles algún regalo en un día señalado, aún cuando sea notorio que en realidad queremos estar en otro lugar. Alguna vez os habéis planteado si realmente los queréis o si ellos os quieren a vosotros en la forma en la cual os lo hacen ver.
La familia es algo que nos viene impuesto, puede gustarnos o no, pero es una simple imposición genética o costumbrista la que nos "obliga" a quererlos. ¿Por qué no me puede caer mal mi familiar y así hacérselo ver? ¿Ello debe implicar que no alberguemos buenos sentimientos? A mi no me lo parece en absoluto, pero cada cual tendrá su opinión formada al respecto, yo solo invito a una íntima reflexión, porque una opinión formada no tiene por qué ser acertada.
Enigmática
1 comentario:
una pausa para la eternidad y vuelvo enseguida...http://es.youtube.com/watch?v=68fu07gGFgg
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