Recuerdo el principio del instituto con nervios y a la vez alegría, entraba en una etapa nueva, que sin duda fue estupenda, aunque no todo fueron risas. El primer día todos los "novatos" en el improvisado salón de actos que era la clase de educación física, allí estaban los que hasta entonces habían sido mis únicos amigos y montones de caras nuevas, mientrás un profesor iba organizando clases y agrupándonos en ellas, mis ojos paseaban por todas esas caras, a las que con el tiempo cogí cariño, otras fueron compañeros y con otras ni medié palabra en esos cuatro años juntos en el instituto, pero separados en diferentes aulas. De pronto escuché mi nombre y vi que en la que iba a ser mi nueva y primera clase en ese centro no había ninguna de las personas con las que me hubiera gustado estar. Mi sensación primera fue de angustia, miedo quizá, pero de pronto me vi allí sentada y vi una cara conocida, era una chica con la que compartí academia el año anterior, me llevaba muy bien con ella, como me pasó con el resto de los que estaban junto a mi adentrándose en el mundo de los teclados, en la academia aprendimos mecanografía, que tiempos aquellos, pero eso es otra historia.
En fin fue como una luz en la oscuridad, ese año lo pasamos juntas, todo juntas, le cogí más cariño del que pensaba, hasta el punto que hoy a mis 27 años la sigo viendo como mi mejor amiga. Yo iba a su casa, ella a la mia, nos saltábamos clases juntas, conocimos un nuevo grupo, que luego fue como nuestra seña de identidad, en fin, mil y un recuerdos juntas aquel año. Pero por cosas del destino ella repitió y yo pasé de curso, era una vuelta a empezar, pero no tenía miedo, hice más amigas ese año y sabía que eso no sería un problema para mi, pero que la echaría de menos, al principio nos veiamos en los recreos y pasabamos tiempo juntas, pero ambas nos adaptamos a nuevos grupos y el suyo no era muy partidario a estar con más gente de la que estaba en el grupo y dejamos de compartir tanto tiempo juntas. Hasta el punto que poco a poco dejabamos de vernos estando en el mismo centro.
Al cabo de unos años llegaron mis últimos días allí, acababa COU y con mi constancia acababa bien y en junio, así que sabía que no volvería por el centro, pasamos unas horas juntas viendo un partido de voleibol y hablamos mucho, pero ahí quedó la cosa.
En esos años no teniamos móvil, ni correo electrónico ni ese tipo de cosas de las que ahora no pueden deshacerse los adolescentes, pero que entonces era pocas poco comunes para nosotros. Para colmo en unos meses cambié de casa y de pueblo y con la mudanza perdí el número de teléfono de su casa, asi que incomunicada totalmente.
Al cabo de un tiempo, unos años mi vida dio un cambio, mi abuelo murió, tuve una nueva hermana y yo no dejaba de vez en cuando de acordarme de ella, así que como lo único que tenía era su dirección (y no completa) me decidí a escribirle. Años atrás lo haciamos mucho, en verano, cuando ella se iba al pueblo de sus padres. Así que le escribí una carta contando todo lo que sentía y que la echaba de menos y la envié, pero me llegó devuelta por tener la dirección incompleta, solo me quedaba ir a echarla yo misma al buzón, porque decirselo de pronto todo a la cara... me superaba.
Pero fue pasando el tiempo y no llegué a hacerlo.
Al cabo del tiempo me encontré con su madre, con la que yo guardaba muy buena relación, al igual que con las demás madres de mis amigas, tengo facilidad para llevarme también bien con ellas, será porque siempre he sido un ejemplo a seguir, al menos para las personas de esa generación y generaciones anteriores, en fin que me desvio. Estuvimos un rato hablando, contándole que ya no vivía donde antes y algunas cosas más de mi nueva vida y ella me contó algunas cosas de su hija. Al rato de habernos despedido y haberla perdido de vista, me di cuenta que no le pedí el teléfono ni le di el mio, de lo cual me estuve un tiempo arrepintiendo.
Cuál fue mi sorpresa hace unas semnas, cuando al estar en una tienda me la encontré junto con sus padres, no dudé en acercarme a ellos y saludarlos, estuvimos un buen rato hablando, rememorando algunas cosas ya pasadas, pero noté en la cara de la que yo consideraba mi mejor amiga indiferencia, su vida también ha cambiado, de forma distinta a la mia, pero cambiado al fin y al cabo y no mostraba mucho a parte de indiferencia, en esos momentos no le di demasiada importancia, porque yo estaba contenta de volver a verla, de saludarla, de saber de ella, pero después fui consciente de ello y me comenzó a doler, pasé unos días mal, muy mal, con ganas de llorar incluso, pero ya me he dado cuenta de que mi realidad no está en ella, sino en otras personas que me rodean y a las que quiero y me quieren. Que la vida de ella cogio un camino y la mia otro y que tiempo después no puedo pretender unir esas dos líneas que van en direcciones similares pero separadas cada vez más, formando una V que no se llegará a unir nunca. Todo lo que me queda es asumirlo y vivir de los maravillosos recuerdos que guardo de mis años pasados, sonreir al ver los que vivo ahora y mirar con ilusión al futuro y aguardar los que vendrán.
Como dice alguien que conocí... que lo mejor de mi pasado sea lo peor de mi futuro.
Enigmática
En fin fue como una luz en la oscuridad, ese año lo pasamos juntas, todo juntas, le cogí más cariño del que pensaba, hasta el punto que hoy a mis 27 años la sigo viendo como mi mejor amiga. Yo iba a su casa, ella a la mia, nos saltábamos clases juntas, conocimos un nuevo grupo, que luego fue como nuestra seña de identidad, en fin, mil y un recuerdos juntas aquel año. Pero por cosas del destino ella repitió y yo pasé de curso, era una vuelta a empezar, pero no tenía miedo, hice más amigas ese año y sabía que eso no sería un problema para mi, pero que la echaría de menos, al principio nos veiamos en los recreos y pasabamos tiempo juntas, pero ambas nos adaptamos a nuevos grupos y el suyo no era muy partidario a estar con más gente de la que estaba en el grupo y dejamos de compartir tanto tiempo juntas. Hasta el punto que poco a poco dejabamos de vernos estando en el mismo centro.
Al cabo de unos años llegaron mis últimos días allí, acababa COU y con mi constancia acababa bien y en junio, así que sabía que no volvería por el centro, pasamos unas horas juntas viendo un partido de voleibol y hablamos mucho, pero ahí quedó la cosa.
En esos años no teniamos móvil, ni correo electrónico ni ese tipo de cosas de las que ahora no pueden deshacerse los adolescentes, pero que entonces era pocas poco comunes para nosotros. Para colmo en unos meses cambié de casa y de pueblo y con la mudanza perdí el número de teléfono de su casa, asi que incomunicada totalmente.
Al cabo de un tiempo, unos años mi vida dio un cambio, mi abuelo murió, tuve una nueva hermana y yo no dejaba de vez en cuando de acordarme de ella, así que como lo único que tenía era su dirección (y no completa) me decidí a escribirle. Años atrás lo haciamos mucho, en verano, cuando ella se iba al pueblo de sus padres. Así que le escribí una carta contando todo lo que sentía y que la echaba de menos y la envié, pero me llegó devuelta por tener la dirección incompleta, solo me quedaba ir a echarla yo misma al buzón, porque decirselo de pronto todo a la cara... me superaba.
Pero fue pasando el tiempo y no llegué a hacerlo.
Al cabo del tiempo me encontré con su madre, con la que yo guardaba muy buena relación, al igual que con las demás madres de mis amigas, tengo facilidad para llevarme también bien con ellas, será porque siempre he sido un ejemplo a seguir, al menos para las personas de esa generación y generaciones anteriores, en fin que me desvio. Estuvimos un rato hablando, contándole que ya no vivía donde antes y algunas cosas más de mi nueva vida y ella me contó algunas cosas de su hija. Al rato de habernos despedido y haberla perdido de vista, me di cuenta que no le pedí el teléfono ni le di el mio, de lo cual me estuve un tiempo arrepintiendo.
Cuál fue mi sorpresa hace unas semnas, cuando al estar en una tienda me la encontré junto con sus padres, no dudé en acercarme a ellos y saludarlos, estuvimos un buen rato hablando, rememorando algunas cosas ya pasadas, pero noté en la cara de la que yo consideraba mi mejor amiga indiferencia, su vida también ha cambiado, de forma distinta a la mia, pero cambiado al fin y al cabo y no mostraba mucho a parte de indiferencia, en esos momentos no le di demasiada importancia, porque yo estaba contenta de volver a verla, de saludarla, de saber de ella, pero después fui consciente de ello y me comenzó a doler, pasé unos días mal, muy mal, con ganas de llorar incluso, pero ya me he dado cuenta de que mi realidad no está en ella, sino en otras personas que me rodean y a las que quiero y me quieren. Que la vida de ella cogio un camino y la mia otro y que tiempo después no puedo pretender unir esas dos líneas que van en direcciones similares pero separadas cada vez más, formando una V que no se llegará a unir nunca. Todo lo que me queda es asumirlo y vivir de los maravillosos recuerdos que guardo de mis años pasados, sonreir al ver los que vivo ahora y mirar con ilusión al futuro y aguardar los que vendrán.
Como dice alguien que conocí... que lo mejor de mi pasado sea lo peor de mi futuro.
Enigmática
10 comentarios:
Es cierto que con mudanzas y demás puñetas, se pierden cosas importantes, tanto de la agenda, como de la memoria....el corazón es cosa aparte....de este es más dificil que se borre nada....
Un beso y gracias por visitar mi humilde morada....jijijiji
Si del corazón es muy difícil que se pierda nada, al menos no si hace la suficiente huella.
Gracias a ti por visitar la mia encanto.
Enigmática
Hola enigmática.
Es la primera vez que recalo en tu blog como consecuencia del comentario que dejaste en el mío.
Me gusta mucho lo que escribes y como lo haces.
Este tema que has tratado en el post, me ha llegado muy hondo, y supongo que a muchos nos ha pasado algo parecido.
A mi me ha ocurrido hace poco con la que fue mi primera novia, y sobre todo mi gran AMIGA.
Después de casi 18 años de no vernos, hemos recuperado el contacto y no sé si para bien.
Yo nunca he sido capaz de olvidar lo mucho que me dió, pero cuando la veo ahora noto lo mismo que has notado tu. No se siente cómoda si la llamo o intento verla.
No lo dice, pero sigo leyendo en sus ojos como cuando teníamos 17 años y lo percibo.
Es muy deprimente cuando intentas trenzar los mismos lazos (o parecidos) que te unieron a una persona y ves que ésta no está por la labor.
Es triste, pero así es la vida. Todos cambiamos y lo mejor que podemos hacer es asumirlo y quedarnos con los buenos momentos.
Esos no se borran.
Solo te diré que no malgastes tu tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo.
Un besazo y no dejes de deleitarnos con tus inquietudes.
Gracias Julito, pasé un par de días malos, pero ya está todo superado y como bien dices no malgastaré mi tiempo en ella, por el mero hecho de que ella no siente lo mismo.
El tiempo pasa, las cosas cambian...
Enigmática
Jo...
Me resulta familiar...
Debemos tirar para adelante...
Las cosas cambian...
Y nosotros también.
Lo siento mucho...
Pero sabes que??? Que ella se lo pierde y disfrutamos de tu tiempo dedicado a nosotros!!! :D
Animate que hay cosas peores...
Pd: Gracias por tu visita y animos, te agrego para no perderte el contacto!! :D
Estás cosas en su momento entristecen, pero con el paso del tiempo te hacen más fuerte y te demuestran que cuando un sueño se desvanece comienzan a surgir muchos otros sueños que llenan la vida de ilusiones y esperanza
Enigmática
hey que bien.
Oye te enlace a mi blog www.opinagutapercha.blogspot.com ojala me enlaces al tuyo, leamos nuestros articulos y pinchemos nuestra publicidad.
Confirmame aca bien. troyalizados@gmail.com
Y lo mejor del mundo es levantarse de los grandes golpes
Gracias David, por suerte no es un duro golpe, solo una pequeño, pero ya me he levantado.
Enigmática
Es verdad con esto de que en esas edades aún no existiera el messenger, los móviles etc, se perdían muchos contactos, era más facil perder la pista a los amigos, sin embargo en vuestro caso el destino os volvió a unir... Es normal que la vieras distante, ha pasado mucho tiempo, y muchas cosas en medio, quizá su distancia aparente fuera tb nerviosismo (hay gente que se cierra mucho cuando se ponen nerviosos)... yo sigo con mis amigas de esa epoca, pero sí recuerdo que tenía una mejor amiga hasta segundo de bup, que estábamos siempre juntas, hasta en verano nos mandabamos millones de cartas (con el sellito y todo)... con los cambios del insti hicimos grupos nuevos y nos ditanciamos, la vi de nuevo hace un par de años, y yo me fui para ella corriendo a saludarla, ella estaba fría, como si fuera una conocida nada más... no entiendo como la gente puede olvidar tan rápido los momentos. En mi caso, si alguien es amigo, lo es siempre, aunque pasen siglos o distancias... quédate con esa epoca que viviste y los amigos nuevos que hicieste, que como dices, son ya tu día a día, un besazoooo!!
Si, es raro que la gente se olvide de los amigos, de los momentos vividos, pero bueno la vida pasa y las cosas cambian, así que en el fondo no me quejo, unos amigos acaban sustituyendo a otros, nos guste o no.
Otro beso para ti
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