El pasado persigue...

Aquella noche la luna brillaba de una forma especial. Ella se sentó en la terraza mientrás lo esperaba, miraba la luna con una dulce sonrisa en su rostro, su pelo se movía con la brisa, una brisa fresca de octubre, junto a ella esperaba un libro, un libro que deseaba leer desde hacía días, pero ese no era el momento, la luna robaba toda su atención, en su mano esperaba una taza de té, su aroma avainillado relajaba sus sentidos, se sentía feliz, mucho más de lo que lo había estado esos últimos meses.

De pronto escuchó un ruido, dejo la taza de té junto al libro y haciendo un esfuerzo de valentía por su parte se dispuso a entrar en la habitación, sus huesos temblaban dentro de ella, el sólo pensamiento de saber quién podría ser y sus intenciones le causaban pavor. Entonces pensó en lo útil que sería que esa puerta tuviese llave, en tener algún objeto con el que defenderse, pero no... nada había.

Sus pies se deslizaban por el frio suelo en un claro intento de no hacer ningún ruido, mientras por su mente pasaban mil pensamientos... por qué él no estaba allí para defenderla, por qué no se llevó consigo el móvil a la terraza, por qué su ex no la olvidada, por qué tanta obsesión con ella, no podía más, necesitaba pensar algo, necesitaba ser más fuerte que él y acabar con toda esa historia, no podía ni quería vivir ni un día más así, con miedo...

Justo en ese momento lo vio, acababa de salir del salón y estaba frente a ella, al otro extremo del vestíbulo, su cara dulce seguía intacta, sus ojos brillaban como el día que lo conocio, no le costó nada enamorarse de él, pero ahora nada tenía que ver con ese día, porque sus intenciones eran claramente otras...

Ella se quedó petrificada, sin saber qué hacer ni qué decir, mientrás él con pasos seguros y lentos se acercaba a ella, su labios se arquearon dibujando una sonrisa perversa. El espacio que los separaba era solo de unos metros, ella comenzó a sonreir, veía que su futuro iba a cambiar, él no entendía esa sonrisa, quería que tuviese miedo, que le implorase y fue entonces cuando se dio cuenta de lo que pasaba...

Enigmática