La promesa

Es increible el poder de las palabras. Con unas palabras de la persona adecuada se te dibuja una amplia sonrisa en la cara que te puede durar todo el día, tus ojos comienzan a brillar con una intensidad tal que podría eclipsar al mismo sol.

Mientras me contaba, aún sin darme detalles, como cumplio con una promesa, yo no podía dejar de sonreir, comenzaron su baile una pareja de mariposas que me acompañan cada vez que leo algo suyo, un cosquilleo comenzo en mi interior...

Su piel fue mi piel por unos momentos, sentía como dibujaba con sus manos una bella historia sobre mi, como sus besos se plasmaban en mi, como mi cuerpo recibía sus caricias, su deseo, su pasión...

Sus sueños se iban haciendo realidad a medida que iban caminando las agujas del reloj de la habitación, un sueño que solo vivía en su interior, en su mente, un sueño que puede que jamás materialicé o quizá si... la incertidumbre vuelve como siempre aún sin llamarla.

Ella no era consciente de que sus caricias, sus besos, su deseo, su pasión... de que él... no eran para ella, que en el fondo nada fue suyo ese día, aún sin saberlo se lo robaron todo en aquel momento, quedó relegada a un segundo plano, el podium quedó para aquella que sueñe junto a él, aquella que logre despertar sus sueños, sus anhelos, sus deseos, sus ganas de volver a vivir, a sentir, a volar a su lado, a cumplir juntos sus sueños y revivir cada día esa bella historia.

Enigmática