Sentía su piel, sus labios, su silueta se dibujaba tras su pantalón, podía observar como su polla iba creciendo bajo su ropa, como estaba cada vez más dura, como su excitación era cada vez mayor, tanto como la mia, sentía deseos de lamérsela, quería que mi lengua resbalase por su polla, me enseñó la punta, solo la punta, a la cual seguía la polla que quería lamer, la que quería saborear, sentía deseos de tenerla en mi boca, de resbalar mi lengua por ella, de subir y bajar por ella sin parar, quería sentir su sabor, como de rugosa era su piel, me excitaba, me gustaba, todo quedó pendiente, todo en el aire...
Él se fue, yo me fui, pero quedó pendiente una historia, un relato en el cuál él me contará su... lavado de manos, como él quiso llamarlo, como él se lo haría saber a ella y yo le contaría mi... experiencia.
Después de hacer varias cosas, su recuerdo volvió a mi, debía cumplir mi parte, debía homenajearlo, me debía a él por unos minutos, por un momento y así lo hice. Recordé nuestro encuentro, nuestras palabras, todo, su imagen, su dedo recorriendo sus labios en un claro intento de seducirme, su pose insinuante, su silueta, su polla asomado del pantalón, pantalón que le hubiese arrancado de estar con él.
Mientras todo eso volvía mi mente, mientras el recuerdo me comenzaba a calentar, me tumbé en el salón, cerrando la puerta, como en esa historia que me contó. Me dispuse a sentirlo sobre mi, a disfrutarlo en mi recuerdo, mis manos que ahora eran las suyas dibujaban sobre mi piel el deseo, esas manos acariciaban sutilmente mi contorno, erizaban mi piel a su paso, mis labios, mi cuello, mis pechos desnudos, no podía contenerme.
A la vez que sus manos me tocaban, me poseían, mi coño daba señales de que estaba listo, de que quería acción, mis piernas se entrecerraban imaginándolo entre ellas, sus manos seguían el camino, seguían bajando, disfrutándome y se acercaban a mi pelvis, mmm cada vez deseaba más que esas manos lo rozaran, lo tocarán, comenzaron a acariciar mi clítoris ya húmedo, ya excitado, ufffff mi cuerpo respondía mucho mejor de lo que esperaba, estaba ansioso, deseando de sentirlo, sus dedos subían y bajaban por mi clítoris, dibujando mi deseo, deseo que me mojaba, que lo mojaba.
Llevó sus dedos hacía mi boca, me los hizo lamer, su sabor era mi sabor, mi deseo, el deseo que hacía que no pudiera dejar de moverme, dejar de sentirlo sobre mi, poseyéndome. Metió un dedo en mi, se me escapó un gemido, a ese dedo siguió otro y el gemido fue mayor, su otra mano acariciaba mi clítoris sin parar, quería que lo lamiese, pero no, él no estaba allí para hacerlo, así que sus manos en las mias me poseían.
De pronto trajo juguetitos, mmm muy hábil él, sabía que me encantaban, metió las bolas en mi y comenzó a pellizcar mi clítoris, a recorrerlo sin cesar, a jugar con él, a hacerlo suyo con cada roce, con cada paso por él, las bolas hacían su trabajo, un trabajo que envidiaba, las sacó y metió durante un rato, recorrió con ellas el clítoris y subio por mi con ellas, hasta introducirmelas en la boca, me obligó a lamerlas, a dejarlas limpias, a comerme todo lo que en ellas estaba, pero en el fondo él sabía que yo lo deseaba, que no opondría mucha resistencia.
Pero él no se conformaba con eso, quería más, más, mucho más, así que introdujo salvajemente en mi esa polla dura, grande, gruesa y rugosa que siempre estaba dispuesta, ese juguete al que yo me había hecho amiga. Ohhhhhhhhh!! ahora el gemido fue mayor, me golpeó con fuerza sin esperarlo, comenzando a entrar y salir salvajemente. Mi espalda se arqueaba, hacía todo lo que podía porque él entrara más y más en mi, sin cesar, sin descanso y así lo hacía.
Mientras su mano me acariciaba, presionaba mis pechos, recorría mi clítoris, iba a hacerme sentir un orgasmo intenso, un orgasmo que se acercaba cada vez más, mi cuerpo lo anunciaba, mi excitación era mayor, mis muslos estaban húmedos, la espalda cada vez más arqueada, la polla golpeándome sin piedad, era salvaje, pero me encantaba.
Su mano se movía con movimientos que no puedo ni describir, yo ya no era consciente de los detalles, sino del todo que me venía, de todo ese cúmulo de sensaciones que me recorrían y que de pronto me obligaron a apresarlo entre mis piernas, mi cuerpo sentía unos espasmos intensos, mi coño palpitaba sin parar, la polla estaba quieta dentro y yo, y yo... yo ya no podía más, me derrumbe mientras la intensidad mermaba, mientras todo se relajaba a su paso, mientras sobre mis labios se dibujó una sonrisa, estaba a gusto, estaba liberada, ese deseo llegó a su fin haciéndome sentir disfrutada, gozada...
Enigmática
Enigmática
2 comentarios:
Me encanta imaginar como palpita tu coño.... y más sentir las palpitaciones en mi polla....
Las palpitaciones de tu coño y de mi polla al unísono....sublime corrida de los dos.....
Mil besos humedos donde más te guste, preciosa....
Tengo mucha facilidad para que lo haga, de hecho quizá lo esté haciendo en este momento...
Sería sublime sin duda.
Ya veo que te picaste XD
Mil besos para ti también,
Enigmática
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